LA ORGANIZACIÓN COMO SISTEMA

Friday, March 23, 2007

LA AMISTAD



LA AMISTAD



Un verdadero amigo es alguién capaz de tocar tu corazón desde el otro lado del mundo.



La amistad duplica nuestras alegrías y divide nuestra triste




La amistad es una de las más comunes relaciones interpersonales que la mayoría de los seres humanos tienen en la vida.
El caso más común de amistad donde interviene un animal es entre el
hombre y el perro, a éste último se le conoce como el mejor amigo del hombre.
La amistad se da en distintas etapas de la vida y en diferentes grados de importancia y trascendencia. La amistad nace cuando los sujetos de la amistad se relacionan entre sí y encuentran en sus seres algo en común.
Hay amistades que nacen a los pocos minutos de relacionarse y otras que tardan años en hacerlo. Hay amistades que duran unas horas y otras que duran toda la vida. Hay amigos que se ven una sola vez en la vida y hay otros que lo hacen por muchas décadas.
Componentes de la amistad
Agrado por compartir una o más actividades, ideas, gustos, recuerdos o la vida misma.
En toda amistad entre personas se encuentran además:
Confianza y sinceridad. Se facilita el hablar y el actuar como naturalmente se piensa y se es, minimizando los frenos sociales que normalmente se tienen.
Interés o preocupación por el amigo. Se interesa por el bienestar del otro, es decir, de sus problemas y logros. Por esto procura reunirse, comunicarse o convivir con él.
Comprensión. Aceptación de las características de un individuo, sus valores, ideas, miedos, aciertos, errores, en definitiva su forma de ser.
Respeto.

En las amistades duraderas o llamadas amistades de verdad encontramos además que:

  • Un amigo siente como propios los más intensos sentimientos de éste, sean positivos o negativos.
  • Un amigo se siente inclinado a apoyarlo cuando lo necesita.
  • Un amigo nunca olvida al otro.
  • Un amigo no te impone sus pensamientos, sino te aconseja sobre lo que cree erróneo en ti. Tampoco asiente en todo.

Puede existir amistad entre un

animal y un hombre que viven en la misma casa y se hacen mutua compañía; entre dos o más niños que gustan de charlar de un mismo tema en la escuela; entre adolescentes que se identifican en sus ideas y valores; entre jóvenes que gustan de un mismo deporte o entre adultos que gustan de debatir temas ideológicos; entre un hombre y una mujer que viven juntos; entre un niño y un adulto que se interesan por aprender.

Lo contrario de una amistad es una enemistad. También pueden existir los llamados "mal amigos" que ocultan aspectos de su vida o no se muestran como realmente son.
En la actualidad hay muchas formas de entender la amistad, tantas como personas ya que todos tenemos una percepción diferente sobre los requisitos necesarios para que este fenómeno se lleve a cabo.

Tuesday, March 13, 2007

LAS MALAS COSTUMBRES


LAS MALAS COSTUMBRES

Esos vientos huracanados se llevaron entre otras cosas, junto a nuestras libertades económicas, civiles y políticas, los buenos modales, la cortesía, la amabilidad, los buenos días, las muchas gracias. Los por favor, los pase usted se convirtieron en rezagos del pasado que había que borrar.


Expresarse correctamente, dar el asiento en un transporte público a una mujer, a un niño, a un anciano, emocionarse ante una obra de arte, llorar a un muerto, se transformó en signo de debilidad. Nos convertimos en rudos. Se satanizó todo lo burgués. Convertidos los burgueses en viva estampa de la degradación y la vileza, se satanizó todo lo que ellos representaban, incluidas las buenas costumbres. La radio, la televisión, el teatro y mucha literatura se dedicaron a enaltecer los "valores morales proletarios" y a demeritar con saña "lo viejo", los "rezagos del pasado explotador". La caballerosidad era debilidad, la finura se convirtió en motivo de burla.


Hoy nos quejamos de la falta de urbanidad que aqueja a la sociedad, en la calle impera el sálvese quien pueda, en las colas la ley del más fuerte. Las ciudades se han convertido en selvas donde ancianos, mujeres y niños luchan en tremenda desventaja. Nadie da el asiento en una guagua a una embarazada, es normal recurrir a la violencia para ocupar un puesto en una cola o para tratar de subir a una guagua.


Nos hemos acostumbrado a ser pasivos, conformistas, aletargados, aturdidos por la altura o por los bajos niveles de vida, además de envidiosos y criticones. Malas costumbres Nos hemos acostumbrado a ver a nuestros campesinos y pobladores del área rural que sean unos pedigüeños. Nos hemos malacostumbrado a no ser generosos con nuestra raza y los discriminamos, los rechazamos a que estén en puestos claves y aplaudimos a quienes no sirven bien a nuestro departamento ni sienten arraigo por nuestra tierra y tampoco se identifican con nuestros problemas. Nos hemos acostumbrado a ver y tolerar que los más vivos se aprovechen de los humildes a vista y paciencia de nosotros mismos. Nos hemos acostumbrado a echarles la culpa a los otros. Cuando en realidad somos los únicos y verdaderos culpables. Nos hemos acostumbrado por ejemplo de entregar en nuestro voto electoral el poder casi omnímodo y suficiente a otros, para que manejen nuestros destinos. Sin tener el cuidado de retener para nosotros mismos un poco de poder para quitarles nuestra confianza porque no la merecieron y casi siempre nos defraudaron. Esta mala costumbre nuestra de quejarnos de lo que nos pasa, echándoles la culpa a los otros es parte de nuestra idiosincrasia. Casi estamos degenerando nuestra sociedad y nuestras festividades con folklore, fe y esparcimiento lo usamos como anestésicos locales para olvidar nuestros problemas que nos disgregan en las carestías de siempre y cuando el efecto soporífero se nos pasa es demasiado tarde, agregamos más miseria a nuestra miseria tanto espiritual como material. No hay nada que hacer. Estamos enfermos. No gozamos de buena salud psicológica. Odiamos a nuestros pueblos y ciudades. Nos odiamos a nosotros mismos. Nos degradamos fácilmente con un poco de alcohol. No tenemos un soporte mental y emocional. Carecemos de métodos de vida social y racional. Porque una vez que nuestras malas costumbres se organizan en nuestras mentes y en las de las jóvenes generaciones la defendemos a muerte, no importa cuál sea el contenido. Nos autoengañamos haciendo que la realidad se adecue a nuestros pensamientos por irracionales que sean. Decimos "así son nuestras costumbres, que vamos hacer pues ".

Saturday, March 03, 2007

LA LEALTAD


Definición
Lealtad es fidelidad al compromiso de defender lo que creemos y en quienes creemos, en los buenos y en los malos momentos.

La lealtad es un valor que debemos desarrollar en nuestro interior y tener conciencia de lo que hacemos y decimos. Es un corresponder, una obligación que se tiene con los demás. Es un compromiso de defender lo que creemos; y en quienes creemos, si no cumplimos como es debido, nos quedamos solos. Cuando somos leales, logramos llevar la amistad y cualquier otra relación a algo serio y profundo. Todos podemos tener un amigo de verdad, pero debemos estar conscientes que esto implica un compromiso, porque es estar en las buenas y en las malas.

En la escuela es cumplir no sólo por obligación, sino porque tenemos un compromiso con la institución en donde estudiamos y con la familia misma.

La lealtad es una llave que nos permite tener un auténtico éxito cuando nos relacionamos, que es difícil de obtener. Es muy común aquella persona que al saber que puede obtener algo de nosotros se nos acerque, y cuando dejamos de serle útiles nos abandone, y lo que acaba ocurriendo es que esas personas no son dignas de confianza.

La lealtad es esencial, los conocidos se hacen amigos a través de la lealtad mutua. Es nuestro deber ser leales a aquellos que dependen de nosotros: familia, amigos y compañeros; la lealtad es amor bondadoso en acción. Es potenciar la energía que viene hacia nuestro cuerpo al cuidar nuestras actitudes y pensamientos.

La lealtad en este sentido, está relacionada estrechamente con la perseverancia, la responsabilidad, el lealtad, la prudencia, etc. Pero la lealtad es el valor que ayuda a la persona a actuar con congruencia respecto a la palabra dada o se trata simplemente de tomar conciencia para que, sin necesidad de haber dado la palabra, surja la necesidad de asimilarla libremente. La lealtad no tiene sentido si estos valores no son permanentes. El deber de la persona es ser leal respecto a sí misma, para poder actuar del mismo modo con cada persona o con las instituciones con las que está colaborando o estudiando.

La lealtad es básica para que el mundo que estamos construyendo sea mejor; un ejemplo de lealtad puede ser hacia la patria y una manera de manifestarla es cuando cuidamos los patrimonios históricos; esto se concreta a los monumentos, a las reservas naturales, pues en muchas ocasiones no estamos conscientes de nuestro compromiso y responsabilidad para cuidarlos o mantenerlos en buen estado y hacemos mal uso de ellos. Entonces es importante concientizarnos para asumir una actitud leal y de lealtad, que contribuyan a preservar nuestro patrimonio nacional.



Cómo desarrollar la lealtad
Sabías que lo podemos lograr si...

Hacemos lo necesario para ayudar a la familia, al amigo o a la institución a la que pertenecemos.
Nos esforzamos por ayudarles a otras personas a mejorar. Se trata de ser sinceros y generosos con ellos.
Nos interesamos por los problemas del país y realiza acciones ciudadanas a favor de mi comunidad.
Apreciamos lo nuestro: cultura, identidad, valores e ideales.
Realizamos acciones a favor de nuestra familia conscientes de que en la familia encontraremos el amor que no se encuentra en ninguna otra parte.

Pienso positivamente
“La lealtad y el trabajo o bien hecho enaltece la calidad humana”

“El compromiso y la lealtad es recíproca de las personas hacia la organización y
de ésta hacia la gente. Usted haga su parte”

“Usar los tiempos difíciles para manifestar nuestro compromiso con aquellos a quienes quiero

Decálogo de la lealtad
La persona leal, lo es con la familia, los amigos, las instituciones y nuestra patria.
Hablar mal de alguien que no está presente es una falta de lealtad a esa persona.
Tener sentido de pertenencia, cuidar nuestros monumentos y reservas naturales.
El compromiso con nuestros superiores debe ser total.
La palabra dada es sagrada: ser fiel a ella.
Pertenecer a un grupo es identificarse con su cultura organizacional, alinear sus principios.
Compromiso significa lealtad y es para todos. La unión hace la fuerza.
Propiciar un buen ambiente de trabajo es una manifestación de lealtad.
Hablar en forma directa y clara, hazlo como les gustaría como le hicieran contigo.
Se deben buscar y conocer las virtudes permanentes de las personas con las que convivimos.

Qué implica la lealtad en la familia
Sorprendemos mutuamente en cada momento de convivencia, aún en los momentos difíciles
Motivar a nuestro padres y hermanos en las actividades del hogar
Comprender cuando nuestros padres no pueden comprarnos algo, en lugar de hacerles sentir mal
Evitar las influencias negativas que tienden a poner en conflicto a los miembros de la familia

La lealtad y su significado
Lealtad significa fidelidad, franqueza, nobleza, honradez, sinceridad y rectitud. Sólo se es leal si se es fiel. Es imposible pensar en lealtad sin que vaya unida a la fidelidad. Pero no basta ser fiel para ser leal. Es necesario, además, ser franco y sincero con el sujeto de nuestra lealtad. Luego, sólo es leal quien, además de ser fiel, es franco y sincero. Servir con lealtad significa también servir con franqueza, sinceridad y honradez. Es servir con la verdad por delante. No se es leal si se engaña, si no se dice la verdad o se dicen sólo medias verdades o se dice lo que al líder agrada, lo que éste desea oír; si se le esconden situaciones y hechos independientemente de las motivaciones que se tenga.

Quien al amigo, al jefe o al líder, no le informa los hechos reales, la verdad de las situaciones existentes y presenta la realidad como exitosa cuando no lo es, incurre en una deslealtad de marca mayor, muy peligrosa para la salud política de ese líder y del proceso o empresa que éste conduzca. De manera que la lealtad no puede ser confundida con sumisión ni adoración del líder; tampoco con la adulación. Se puede amar profundamente al líder y ello no significa en ninguna forma ocultarle situaciones incómodas y desagradables. El hombre leal es recto, digno e incorruptible. En un proceso revolucionario no defiende posiciones ni ocupa cargos por intereses personales; su compromiso y lealtad son con el proceso mismo, con el pueblo desasistido y su liberación, con el liderazgo honesto, fiel y realmente comprometido. Es franco y llano en sus apreciaciones y dice lo que piensa sin importarle si es incomprendido o es tomado por irrespetuoso.

No cede al chantaje de parecer un “enemigo” de la revolución. Sabe muy bien que lo más dañino para un proceso de cambios es ocultar y negar las desviaciones, distorsiones y perversiones, que usualmente se producen a su interior y que sólo el líder es capaz de enfrentar y corregir. Callar, voltear la cara, dar la espalda, cerrar los ojos, mientas la canalla deforma y desfigura perversamente las acciones revolucionarias, precisamente aquéllas que son la esencia de lo nuevo y de lo trascendente, son conductas criminales que pueden hacer fracasar el proceso. La revolución que considere contrarrevolucionaria toda crítica que se le haga está dejando de ser revolución.

LA SEGURIDAD


La confianza (SEGURIDAD)
es el convencimiento que alcanzamos sobre nuestras propias capacidades y cualidades. Se asienta en nosotros a medida que constatamos nuestra aptitud en las tareas que realizamos y al tiempo que logramos la habilidad para mantener relaciones de calidad con los demás. Es, por tanto, un sentimiento que se genera en nuestro interior y de cuyo desarrollo somos responsables. En la infancia necesitamos que el entorno, y en especial el padre y la madre, aporten seguridad, atención y nos haga sabernos queridos. Más tarde y a lo largo de toda la vida, aunque sigamos necesitando ser escuchados, respetados, valorados, y queramos saber y sentir que se cree en nosotros y en nuestras capacidades, debemos tener presente que la confianza hemos de trabajarla personalmente. Para ello debemos actuar y formalizar relaciones bajo la premisa de tener paciencia, darnos tiempo, cuidar las formas y no olvidar evaluar y valorar cada una de nuestras acciones, no con el propósito de juzgarlas, sino con el fin de constatar nuestras capacidades y conocer nuestras limitaciones.
Confianza en nosotros mismos
Para poder sentir que los otros creen en nosotros hemos de ser nosotros los primeros en sabernos válidos. Es imposible creer que los demás confían en nosotros si nosotros mismos no lo hacemos, pues la confianza nunca viene dada de fuera. Si no hay equilibrio interno pensaremos que el apoyo, el aplauso o la admiración se nos ofrecen para animarnos, por guardar las formas o, en la mayoría de las ocasiones, porque no nos conocen realmente y se quedan en la imagen que les estamos proyectando, es decir, creemos que les estamos engañando. Esto deviene porque hacemos las tareas con la vista puesta en los demás, esperando su aprobación y beneplácito, sin un convencimiento interior. Al carecer de una guía personal que nos oriente en la consecución de nuestra meta o del proyecto de nuestra vida, el esfuerzo que debemos realizar es mucho mayor, y lejos de potenciar nuestras habilidades, debilita y destruye la confianza en nosotros mismos, y con ello la autoestima. ¿Por qué? Para contar con una buena autoestima debemos estar convencidos de que somos aptos para la vida que hemos elegido llevar. Quien no goza de confianza en sí mismo, posterga las decisiones, da largas a los asuntos pendientes, va dejando cosas sin hacer por el camino y mantiene una actitud de parálisis. Con todo esto, no consigue sino certificar que ciertamente es una persona en quien no se puede confiar.
Cuestión de honestidad
Al ser tan necesario que sea verdadera, la confianza no puede ser ciega sino que ha de estar sustentada en el conocimiento personal. Un conocimiento totalmente honesto sobre nuestras posibilidades y nuestras limitaciones, de forma que al acometer cualquier tarea o iniciar relaciones interpersonales sabremos manejar las expectativas para conseguir éxitos y no acumular fracasos, en términos de cantidad y de calidad. Si no hemos sido honestos y fallamos tendemos a desvalorizarnos, a sentirnos menos que el resto de la gente y a pensar que nuestras opiniones no son tan importantes ni interesantes como las de los demás. En definitiva, que no somos personas atractivas ni dignas de tenerse en cuenta. Mantendremos entonces pocas expectativas, muchos silencios y un lenguaje no asertivo. Ni pediremos ni reclamaremos, con lo que nos condenamos a una invisibilidad que nos destruye. Pasamos a ser personas dependientes y otorgamos autoridad sobre nuestras vidas a todos aquellos a quienes creemos superiores y más sabedores de lo que necesitamos nosotros que nosotros mismos. Una alerta para saber que nuestra confianza está vulnerada es analizar las dudas, permanentes compañeras de viaje de quien no cree en si mismo. Aparecen dudas sobre cómo hacer, qué hacer; sobre los demás y sobre su honestidad, pues el listón de medir que se aplica a los demás, es el mismo que se tiene para uno mismo. Y si se desconfía de uno, se es escéptico con el otro, lo que conduce a una visión negativa de todo y de todos. Se es una persona tensa y con tendencia a controlar las relaciones sociales, que además desconfía de la amabilidad gratuita de su interlocutor. La falta de confianza provoca que se asuman imprudentemente o no se asuman los riesgos y dificultades del acontecer cotidiano, con lo que se va dejando de aprender, de experimentar y en definitiva, de vivir el día a día.
Potenciar la confianza en nosotros viene de la mano de
· Conocernos todo lo posible y de una forma continuada, ya que vamos experimentando cambios, con la máxima honestidad.
· Vivir activos: opinando, eligiendo, escogiendo, significándonos.
· Valorar y congratularnos de nuestras capacidades y posibilidades.
· Constatar nuestras limitaciones, para saber ser realistas.
· Afrontar retos y riesgos con prudencia y sensatez.
· Iniciar y mantener relaciones de calidad, donde la comunicación abierta, positiva y sincera sea una constante.
· Dejar de lado la tensión y el control continuo.
· Permitirnos mostrarnos tal cual somos, sin tapujos ni máscaras o escudos.
Las relaciones: cuidarlas o descartarlas
Si bien la confianza nace en nuestro interior, su crecimiento y desarrollo está muy ligado a las relaciones que mantenemos y a las respuestas que obtenemos en ellas. Por ello, es también nuestra responsabilidad seleccionar, cuidar y mimar las personas con las que nos rodeamos y algo muy importante, apartarnos de las que minan nuestra confianza y, por ende, nuestra autoestima.
Habremos de entender que para que exista una relación es imprescindible que exista confianza, por lo tanto, en nosotros está el abrigar una buena confianza como punto de arranque y garantía de la buena salud de nuestras relaciones. Esto nos permitirá salir de nosotros, abandonarnos en los otros y mostrar nuestra vulnerabilidad. Un ejercicio necesario para que las relaciones, amorosas, familiares o fraternales sean un verdadero encuentro sereno y cómodo, que posibiliten un enriquecimiento personal. Nos permitirán vivir en equilibrio, armonía y autenticidad.
En consecuencia, confiar en nosotros es abrir la puerta para hacer el camino de nuestra vida, y es también la esperanza y la ilusión con la que se mueve una existencia que sabe de su sentido y proyecto allí donde vive.
Construcción de la confianza en uno mismo: ¿Qué es?
Cuando te sientes muy falta de confianza en ti misma, la baja autoestima y las dudas sobre tus propias capacidades pueden impactar cada aspecto de tu vida, impidiéndote disfrutar de las cosas buenas y lograr tus objetivos. La buena noticia es que el tener confianza en uno mismo es algo que se puede aprender. De hecho, es como formar un músculo: todo lo que lleva es ejercicio. Cuando practicas regularmente los ejercicios de construcción de la confianza en ti misma como por ejemplo las técnicas de visualización pueden ser un método efectivo de elevar tu autoestima y ganar confianza.

¿Cómo funciona?
Muchos de los ejercicios para construir la confianza en ti misma son variaciones del mismo tema: pararte derecha, cerrar los ojos e imaginar un círculo en el cual puedas entrar y dentro del cual te sientas poderosa, capaz de hacer las cosas arriesgadas que no harías normalmente. Puedes despedirte así de tus pensamientos negativos y tus ansiedades, tomar coraje y entrar en tu círculo mágico. Otros ejercicios incluyen aprender cómo sentir la audiencia y cómo usar técnicas respiratorias y de relajación para controlar la timidéz y el miedo.

¿Cuándo se usan?
Los problemas más comunes que van de la mano con la falta de confianza en uno mismo son:- No atreverse a entablar conversación con extraños- Ansiedad al tener que hablar en público, en una reunión o frente a un grupo de personas- Echarte para abajo todo el tiempo- Tener demasiadas dudas con respecto a tus capacidades, decir no puedo en lugar de sí puedo- Dejar que la gente te menosprecie- No ser capaz de decir ¡no!La confianza puedes ganarla con ejercicios simples, que te permitirán enfrentar con nuevas armas situaciones difíciles para ti, cómo hablar delante de una audiencia, discutir con un superior o tomar decisiones sobre tu vida.

Friday, March 02, 2007

LA DISCIPLINA


LA DISCIPLINA.
La Disciplina es la capacidad de actuar ordenada y perseverantemente para conseguir un bien. Exige un orden y unos lineamientos para poder lograr más rápidamente los objetivos deseados, soportando las molestias que ésto ocasiona. La principal necesidad para adquirir este valor es la Autoexigencia; es decir, la capacidad de pedirnos a nosotros mismos un esfuerzo "extra" para ir haciendo las cosas de la mejor manera. El que se sabe exigir a sí mismo se hace comprensivo con los demás y aprende a Trabajar y a darle sentido a todo lo que hace. La disciplina es indispensable para que optemos con persistencia por el mejor de los caminos; es decir, por el que nos va dictando una conciencia bien formada que sabe reconocer los deberes propios y se pone en marcha para actuar.
Este valor es fundamental y básico para poder desarrollar muchas otras virtudes, sin la disciplina es prácticamente imposible tener fortaleza y templanza ante las adversidades que se presentan día a día.
Siempre debemos estar concientes del objetivo que queremos lograr y proponernos alcanzarlo; eso, es eficacia. Ser eficaz es la capacidad de producir resultados; no solamente se debe dar en las áreas en que producimos cosas, sino también debemos dar resultados como alumnos, padres, hijos, hermanos y como ciudadanos. Todo ésto se ve reflejado cuando entregamos una tarea o un trabajo o cuando alguien espera algo más de nosotros; es decir, un determinado resultado. Lo que tenemos que dar es ese resultado y no podemos quedarnos en el esfuerzo ni en las buenas intenciones. Eso, es ser eficaz.
La disciplina es el valor de la armonía, por que todo guarda su lugar y su proporción. Los seres humanos debemos tender a nuestra propia armonía de ser, pensando, y actuando siempre en relación a un buen fin. Para conquistar este valor hay que empezar por aprovechar nuestra necesidad de orden en las casas y para ello hay que tenerles un lugar a cada cosa y mantenérselo por medio de la disciplina, poner siempre allí esas cosas. También hay que practicar el orden en el hablar, en el vestir y en nuestras pertenencias.
"Quien hace lo que quiere, no hace lo que debe"


LA DISCIPLINA EN LA EDUCACIÓN
"Hay varias formas de disciplina pero por lo general la disciplina es un comportamiento humano, el cual es un comportamiento como una cierta libertad que se rige a ciertas leyes o reglas en cierta forma."
"En una institución educativa la disciplina puede ser expresada como un comportamiento en el cual el alumno se rige a las leyes del respeto hacia el profesor y con y para los compañeros del aula."
Si tomamos en cuenta lo antes expresado en los textos tenemos, como resumen que la disciplina en el curso es la forma por la cual el estudiante en cierta forma "entrega" respeto al profesor y los compañeros, aunque más se da el caso hacia el profesor ya que la disciplina la hace el curso entero y por lo tanto tenemos que la INDISCIPLINA ES LA FALTA DE DISCIPLINA por la cual se lleva a la violación de la regla de oro que es dar respeto y atención al educador en la institución.
La disciplina se da por diferentes factores como lo son el medio ambiente y la presión que sufren los educados y es así como la disciplina e indisciplina son propiedades exclusivas de los educados ya que se supone que la disciplina y la indisciplina es un hecho que "favorece" al educador.
Una persona puede carecer de disciplina cuando se encuentra bajo una cierta forma de libertinaje; tomemos en cuenta que la libertad de uno acaba cuando comienza la del otro y es por eso que tanto el educador y el educado se merecen respeto y por eso es que hay a veces indisciplina porque a veces el educador sofoca la libertad del educando o hay casos en que el educando abusa de su libertad ocasionando una violación a la libertad del educador.
Por lo tanto el educador como el educando se merecen respeto, que en este caso pasaría a ser disciplina.
"La disciplina es la entrega de lealtad a ciertas condiciones impuestas por algo o alguien, la indisciplina es la deslealtad o irrespeto a esas condiciones".
En conclusión para que haya disciplina en una institución educativa (que en este caso pasaría a ser el aula de un curso) tanto el educador como el educando deben respetar la libertad del otro y por lo tanto entre los dos debe haber un mutuo respeto.



AUTORIDAD Y CASTIGO

Cuando la autoridad usa la fuerza, se habla de castigo. Este concepto es complejo ya que esta relacionado a la educaciòn.Como castigo se entiende imponer intencionalmente dolor a quien comete una ofensa. El castigo lo realiza quien tiene la autoridad para hacerlo y debe ser acorde a la ofensa, aunque en ocasiones no es así, aplicándose entonces el término de castigo injustificado.
También sucede que en algunas ocasiones el castigo es proporcionado por alguien diferente a la autoridad, en esta ocasión sería un castigo no autorizado. Autoridad, disciplina y castigo son términos íntimamente relacionados con la educación-enseñanza. La educación significa transmitir conocimientos y habilidades por parte del maestro al alumno, donde el maestro debe tener la autoridad en lo que enseña y en la disciplina dentro del aula, y el alumno debe ser ordenado, atento, obediente y sobre todo interesado en aprender. Es importante que el maestro además de tener la autoridad formal tenga la autoridad práctica, ya que de no ser así, aunque tenga la del conocimiento su grupo será un caos.
Esto dependerá de su personalidad, relación con los alumnos y de su capacidad de manejo de grupo. Si el maestro carece de estos aspectos, su autoridad puede ser cuestionada y entonces recurrirá al castigo.El uso del castigo presenta aspectos importantes:


Tiene que ser justificado; debe haber una ofensa y el castigo impedirá la repetición de la misma.
Cuando se pierde la disciplina debiéndose admitir que se ha perdido la autoridad práctica y utilizando el castigo para restaurarla.
Aunque esté relacionado con la enseñanza, el castigo no debe considerarse como una clase de la misma; el alumno puede llegar a aprender algo por medio del castigo, por ejemplo, si llega tarde a su clase o si es desordenado y se porta grosero con el maestro o compañeros, pero el castigo como tal no es el que enseña. Este tipo de castigo involucra que el maestro hable con el alumno y le haga entender y razonar que lo que hizo estuvo mal.
La enseñanza puede ser acompañada del castigo, siempre y cuando éste tenga un sentido positivo para el alumno.
El castigo se puede aplicar por el maestro, pero la enseñanza y el castigo son dos cosas diferentes.